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Una buscadora honesta tropieza con 1.000 euros y la alegría termina abruptamente a las 48 horas

Una buscadora honesta tropieza con 1.000 euros y la alegría termina abruptamente a las 48 horas

Los agentes de la comisaría de Neuburg se quedarón atónitos. 

Varios billetes en una imagen de archivo.Getty Images

Una joven estaba hablando por teléfono cons u madre tras salir del colegio cuando se topó con una sorpresa. Liv Büttner, residente en Alemania, tenía prisa porque tenía que tomar un tren de regreso a Burgheim cuando algo le llamó la atención, al acercarse se dio cuenta de que se trataba de un jafo enrrollado con billetes que sumaban hasta 1.000 euros. 

"Mamá, ahí hay billetes", soltó de pronto interrumpiendo a su madre emocionada al darse cuenta de que se trataba de mucho dinero. Si hubiera sido una cantidad menor, quizás Liv Büttner no se habría preocupado tanto por quién habría podido perder tanto dinero y habría sido un episodio que habría olvidado hace mucho tiempo. Pero 1.000 euros es mucho dinero.

Liv y su madre, Tanja Büttner, decidieron finalmente entregar su hallazgo a la policía para que el verdadero propietario tuviera la posibilidad de recuperar sus ahorros, según ha contado el medio Neuburger Rundschau. "No podría haberme reconciliado con mi conciencia si me hubiera quedado simplemente con el dinero", declaró la joven.

Los agentes de la comisaría de Neuburg se quedarón atónitos, no todos los días alguien encuentra, y sobre todo entrega, 1.000 euros. Los funcionarios elogiaron el comportamiento de las dos mujeres y su honestidad. Además, les explicaron que, si nadie recoge el dinero pasados seis meses, ellas podrían quedarse con él, lo que habría sido un golpe de suerte para la joven. 

Pasados dos días, sin embargo, la propietaria original se presentó, demostró que el dinero le pertenecía y lo recogió. Una vez entregado el dinero, el asunto quedó zanjado para los agentes. Para la propietaria también, y no se puso en contacto con la joven que realizó el hallazgo. Ningún "gracias", ninguna llamada telefónica, ninguna carta. "Me parece absurdo que la gente ni siquiera dé las gracias", afirmó Tanja Büttner.