La madre de la niña ha tenido que dejar el trabajo para estar en los trámites judiciales y acompañar a su hija a la psiquiatra. Los supuestos agresores están libres.
La investigación comenzó cuando la familia de la cría descubrió que la amenazaban por redes sociales. Los hechos tuvieron lugar en octubre, en varios episodios.
"A la chavala la hemos destrozado", se jactaron después en su grupo de WhatsApp. Se sabe de tres agresiones, pero los chats apuntan a que hubo más víctimas.
Se trata de Cristina Seguí y el Ministerio Público apunta a que los hechos denunciados podrían ser constitutivos de “un delito contra la intimidad y/o un delito de odio”.
"Qué paliza le pegué (...) Le metía la picha en la boca, le decía ¿quieres más? Y decía no, pues digo, 'abre la boca', y decía no (...). Qué barbaridad tío. Qué guapo".
Ha confesado en un audio a un amigo, "de manera clara y rotunda", que no había sido agredida pero seguía con el proceso para obtener la residencia legal en España.
Los casos de Burjassot (Valencia), Pulpí (Almería) y Vila-real (Castellón) han sorprendido por su dureza, coincidencia en el tiempo y por la corta edad tanto de agresores como de algunas de las víctimas.
Según ha recogido 'Europa Press', la subdelegada del Gobierno en Granada, Inmaculada López Calahorro, ha confirmado que la denuncia se presentó el pasado miércoles.
Una segunda menor de la misma edad fue violada por uno de los hombres pero pudo escapar de la casa abandonada donde las tenían. Había quedado con ellos por Instagram.
La víctima accedió a que un hombre la acompañase a casa paseando, pero se le tiró encima, se le sumaron dos atacantes más, la agredieron y le robaron sus pertenencias.