No es raro que la masculinidad heterosexual quede hoy entre paréntesis, padeciendo impotencias diversas, no sólo en el ring, sino también en distintos espacios de la vida que antes tenían asegurados. La pastilla es una ortopedia, pero quizás sea hora de atreverse a inventar. Las mujeres y otras subjetividades consideradas por mucho tiempo minorías llevamos tiempo en eso, así que juntos quizás salga mejor.