Unión europa

El mandato del próximo Parlamento europeo será crucial. Tendrá en agenda temas como las políticas sociales, el marco migratorio, la equidad de género, la justicia fiscal, la regulación financiera, las políticas climáticas y energéticas, o la construcción del mundo después de 2015.

Más eramistas, no menos, siguen haciendo falta para europeizar España y reeuropeizar Europa, en una dirección muy distinta a la que la reaccionaria política del bravucón ministro Wert está imponiendo a martillo contra las esperanzas de toda una generación de jóvenes españoles.

La salida de la crisis pasa por enfrentarse a Circe/troika, con imaginación y creatividad, invirtiendo en aquellos sectores que pueden generar la prosperidad y el desarrollo que conviene (que no necesariamente crecimiento), y, sobre todo, apostando por una reforma radical de la democracia.

En comparación con buen número de Cámaras nacionales, su ritmo es llamativamente más rápido e inmediato de lo que es habitual en los a menudo rígidos, reglamentistas y demasiado "estructurados" Parlamentos nacionales.

No acepté en ningún momento que el Parlamento Europeo sea un 'jubiladero' o 'cementerio de elefantes'. Al contrario éste es un Parlamento hiperactivo, enormemente exigente. En ningún momento he maniobrado, ni mucho menos 'conspirado', para 'regresar' a la 'política nacional.

Las decisiones adoptadas por la UE se toman al paso de los acontecimientos, con una visión cortoplacista que asusta. Eso lo notan la ciudadanía, las instituciones y los mercados, cada cual en los efectos que le implica respectivamente: el desempleo, la bajada de salarios y la precarización de las condiciones laborales; el desgaste; y el beneficio especulativo. La inexistencia de competencias de la UE para hacer frente a la crisis ha abierto la puerta a una deriva en la que el interés comunitario y las instituciones han ido desapareciendo o limitándose a aplicar lo decidido por los Ejecutivos nacionales y, en particular, por el alemán.

Uno de nuestros sellos de identidad como europeos es nuestra creencia de que debemos ofrecer a nuestros ciudadanos la mejor atención sanitaria posible. Debemos adaptarnos y la tecnología digital nos ayuda a enfrentarnos al cambio.

Angela Merkel parece que decidió que la mejor estrategia sería ir echándose atrás en lo previamente pactado. Es necesario que se establezca un mecanismo en el que los españoles dejemos de pagar las indecisiones del proyecto europeo. España cumplirá con su papel, esperemos que Alemania haga lo mismo.

Sigo confiando en que el Gobierno sobreviva más de un año y en que tengamos la oportunidad de participar en las negociaciones mientras se suceden los cambios en la eurozona.