unidad de españa
El tuit de Pablo Iglesias que resume en pocos segundos cómo conservar la unidad de España que arrasa en Twitter
"La unidad de España no se puede construir a golpe de porra, sino desde el convencimiento y desde el reconocimiento del diferente", defiende.
DIRECTO: todo sobre el 9-O
Sáenz de Santamaría amenaza con el artículo 155.
Así han contado los medios extranjeros la marcha antiindependentista
Destacan sobre todo lo callados que estaban hasta ahora.
La tremenda metedura de pata de TVE con Mario Vargas Llosa
El escritor dio un discurso en la manifestación por la unidad de España celebrada en Barcelona.
La unidad de España
Se trata de ver las cosas de otra manera, con el pensamiento lateral o con lo que a cada uno se le ocurra, para buscar soluciones a problemas complejos. Se trata de intentar romper la cerrazón y el pensamiento único que en la mayor parte del corpus político se ha instituido sobre aspectos cuasi religiosos como la unidad de España o la nacionalidad única.
España, Cataluña y los cómplices de Rajoy
Dos cuestiones de la actualidad política española no dejan de sorprenderme. La primera es la cuestión catalana: la resolución de independencia es el punto último de un cúmulo de inoperancias. La segunda es que, para todos los sondeos electorales, el vencedor innegable sea Mariano Rajoy.
155: no era ninguna broma
Hemos desempolvado tanto su vigencia que duele tener que recordar que el artículo 155 de la Constitución no contempla en ningún caso la "suspensión" de la autonomía de Cataluña. Debe ser entendido como una garantía coactiva de primacía estatal. Asegura los poderes del Estado, pero no es ninguna broma.
¡President(e), el 155!
El soberanismo catalán es una realidad estable del panorama político español, ya que no pasa ni un día en que no cope una página de los periódicos más leídos o no se cuele en los informativos. A pesar de todo, no ha habido en ningún momento un debate serio para intentar encontrar una solución satisfactoria para ambas partes.
Cómo ser independentista y no morir en el intento
En España, pedir un referéndum molesto equivale, de hecho, a quedarse seguramente con un buen palmo de narices, a no ser que sirva para consolidar el statu quo de la clase económica y política o se solicite solo para tierras tan lejanas como la República Árabe Saharaui Democrática o el Tíbet.