Ni bicicleta, ni barba, ni tupé. Lo hipster de verdad es ser tránsfuga. El cambio de chaqueta de toda la vida en su acepción moderna se vincula a la reorganización de fuerzas políticas, consustancial a esta segunda transición que presuntamente liquidará el régimen del 78, mientras que el denostado transfuguismo clásico siempre ha señalado a los políticos que se pasan a otro partido con la intención de provocar un cambio de poder y con intereses poco lícitos.