¿Qué serán nuestros hijos de mayores? ¿Es lo que mejor se les da una pista de lo que más les gustará hacer en el futuro? ¿Cómo se ganarán la vida? ¿Serán felices? No lo sé. Pero, con alegría, con mimo y con determinación debemos dejar volar su imaginación en pos de sus sueños. Es el primer paso para que puedan convertirse en realidad.