Tarde para la ira
Hemos estado tan absortos en nuestras propias cuitas que no nos hemos hecho cargo del patrimonio que hemos recibido. Nuestra herencia maltrecha está desgastada. Nosotros mismos la vilipendiamos. Conversaciones con 'faltas ortográficas' y tautológicas viajan por nuestros televisores y radios chillones, ahora sin fronteras.