Dos incidentes, en enero y en junio, han caldeado los ánimos en todo Medio Oriente, complicando incluso el acceso de Estocolmo a la OTAN por el veto de Turquía.
La cumbre en Lituania ha puesto sobre la mesa el primer "no" claro a Ucrania, con el desgaste que conlleva, mientras Turquía saca tajada del fin del veto a Suecia. Se gana poder en el norte, pero todo tiene un precio.
Antiterrorismo, UE, F-16... El presidente turco, una vez más, arranca a Occidente ganancias concretas al levantar su veto sobre Estocolmo. Pesca en río revuelto.
Turquía ha levantado al fin su veto al país nórdico, tras duras negociaciones. Un país que no hace la guerra desde tiempos de Napoleón, ejemplo de neutralidad, que ha dado el paso ante la certeza de que la amenaza de Rusia es duradera y cierta.
Los 31 países aliados se enfrentan al reto de dar garantías a Kiev sobre su acceso, un siglo de estos, superar la prueba de estrés de la solidaridad y los tiempos y la entrada de los nórdicos, tras una larga pelea con los turcos. Con más dinero, siempre.
Zelenski hablará justo hoy con Erdogan -de quien depende el voto para el acceso de los nórdicos- sobre la guerra y la exportación de grano pactada con Rusia y la ONU.
Un informe asegura que las ambiciones de Rusia "no se limitan a Ucrania", ya que "ha considerado durante mucho tiempo ampliar el conflicto hacia todo el mundo occidental".
El último estudio elaborado por varios expertos en adicciones demuestra las claves que han llevado a Suecia a ser el ejemplo del mundo en la lucha contra el tabaco.
Defiende que "ha enmendado su Constitución, reforzado la legislación antiterrorista y levantado su embargo de armas", lo que Erdogan reclamaba para levantar el veto.
El la forma de protestar del Kremlin por la "falta de información" sobre las investigaciones abiertas y su "incapacidad para garantizar la transparencia".