Rusia ha perdido más de medio millón de efectivos desde el inicio de su invasión a gran escala de Ucrania, según datos del Gobierno de Kiev. Récord sobre récord.
Las bajas masivas y lo impopular del reclutamiento civil lleva a Zelenski a hacer nuevas apuestas que, por cierto, a su invasor ruso no le están saliendo muy bien.
La cantidad de cadáveres contabilizados es casi un 25% más alta que en el primer año de guerra, un gran coste humano de una guerra que se esperaba rauda.
Zelenski sabe que llamar a más hombres a filas es impopular, pero sus fuerzas lo necesitan, sobre todo cuando se especula con una nueva ofensiva rusa. En el terreno, trata de golpear instalaciones estratégicas, pero recibe el tiro de vuelta.
Kiev sostiene que va a llamar a 300.000 soldados adicionales para reforzar los ataques sobre su territorio, pero el Kremlin replica: "Eso no es cierto".
Las palabras de Macron diciendo que no excluye el envío de soldados para frenar a Rusia han generado un importante debate, pero es que ya hay uniformados occidentales en el terreno. Esto es lo que hacen y podrían hacer si se va a más.
Yulia Senyuk, que acumula más de 200 millones de visitas, está usando su estatus de celebridad para recaudar fondos. "Es una auténtica patriota", dicen los soldados.
Moscú dice que ha tomado Márinka, que tenía casi 10.000 habitantes antes de la guerra y ahora se encuentra reducida a ruinas, cerca de la capital de Donetsk.
Son cerca de 45.000 los moscovitas que batallan en la guerra, según el alcalde de la capital rusa. Hay "miles" más que trabajan en Donetsk y Lugansk, en zona prorrusa.