smart cities
'Smart cities, una visión para el ciudadano'
El libro Smart cities, una visión para el ciudadano explica de forma sencilla, mas allá de tecnicismos innecesarios, este momento tan emocionante que estamos viviendo. Para que los ciudadanos, los consumidores, podamos conocer los beneficios de esta revolución digital y social. De nada sirve ser feliz si no lo sabes.
Deconstruyendo la ciudad inteligente
La ciudad inteligente es promesa utópica de un futuro domótico, interoperable, conectivo y sinérgico. Sin embargo, su capacidad transformadora, democratizadora y de erradicación de las disparidades sociales está aún por demostrar.
Internet de las personas
Los avances tecnológicos van a servir para que nuestras sociedades sean más eficientes, más sostenibles, con mayor calidad de vida. No podemos permitirnos desaprovecharlos, y más teniendo en cuenta que las ciudades, regiones o países que sean capaces de hacer frente a estos retos de forma adecuada tendrán más posibilidades de futuro en un mundo tan competitivo.
La información ya no es poder para unos pocos
Los dirigentes y líderes que tengan la capacidad de entender y aprovechar antes la revolución tecnológica propiciarán un desarrollo de sus entornos mayor al del resto, lo cual los situará en una posición de ventaja que no será valorada de forma conveniente inmediatamente, pero que les ayudará a dejar un legado que recordado por generaciones futuras.
El lado bueno del Internet de las Cosas
Imaginemos que tenemos acceso a todos los sensores y datos que podamos necesitar. Aun así, hay que analizar estos datos y decidir qué camino coger: un futuro gobernado por las "cosas", o un futuro basado en las personas que utilice las "cosas" para medir el funcionamiento de nuestra sociedad a diferentes escalas, adaptándonos a las necesidades locales y luchando contra la desigualdad.
Smart Cities: ¿ciudadanos, administrados, usuarios o vecinos?
Las ciudades inteligentes necesitan de ciudadanos inteligentes que sepan alimentarla de datos, interpretar sus informaciones y participar en el diseño y uso de sus servicios. Hasta aquí hay un acuerdo unánime. Después se complica: ciudadano no significa lo mismo para cada uno.