Los últimos años del Milan, en cambio, no han sido un idilio. Varios entrenadores, ex jugadores y símbolos del club como Seerdof o Inzaghi, no han conseguido devolver al equipo su personalidad. El Milan de hoy poco tiene que ver con aquel Milan del 86. Se terminaron la dolce vita, los títulos y las compras multimillonarias de jugadores. Ya no quedan capitanes como Maldini o Baresi, y los Balones de Oro, se han convertido en un lejano recuerdo con el que soñar.