Hace una semana, del encuentro ultrasecreto entre Iñigo Errejón y Rodolfo Ares salió un rayo de esperanza, un "quizá puede ser" que durante tres días -hasta el encuentro del trío PSOE, Podemos y Ciudadanos- elevó los niveles confianza de Sánchez, ya de por sí optimizados, e hizo arquear las cejas con sorpresa a los más escépticos de sus hombres. Pero en la reunión a tres del jueves, la dureza de Carolina Bescansa dejó perplejos a los asistentes.