Una multitudinaria presencia de empleadas del centro se ha posicionado a las puertas manteniendo distancia de seguridad y bajo la pancarta principal ‘En defensa de lo público'.
La universidad pública debe reforzar su relación con la sociedad civil, y puede plantearse captar fondos del sector privado, pero, llegado el caso, la condición fundamental pasaría por que fuera la propia universidad, con autonomía, democracia, transparencia, y con fines exclusivamente científicos y pedagógicos, la que gestionara, dirigiera y gobernara dichos fondos y dichas colaboraciones.
La defensa de un servicio público es una posición política. No existe ninguna obligación legal de privatizar un servicio por parte de ninguna entidad local, regional o nacional, dejando a un lado los servicios en red privatizados por la UE. Reivindicar lo nuestro es adoptar posiciones contundentes de defensa del interés público ante las intenciones de saqueo de los grandes grupos transnacionales en connivencia con los irresponsables e ineficientes equipos de gobiernos locales.
Mi empresa no me quiere, ni me cuida como un activo que soy, pero tampoco cuida al resto de trabajadores. No trabajamos a gusto en la sanidad madrileña, y eso el paciente lo nota y lo sufre. Se va a otra sanidad donde le quieran, aunque tenga que pagarla. Esto es uno de los objetivos, privatizar por descrédito.
Las políticas socializadoras son ahora reaccionarias, los sindicatos están atrasados y, lo peor de todo, los trabajadores son los mayores enemigos del empleo de calidad puesto que, hambrientos y asustados, están dispuestos a trabajar a cambio de salarios absolutamente irrisorios.
En el documental de Ken Loach, El espíritu del 45, asistimos a un recorrido histórico en el que se describen las razones socioeconómicas por las que el partido laborista ganó las elecciones y su programa de acción política, precursor del ambicioso Estado del Bienestar.