La aritmética de la nueva composición de la cámara vasca es diabólica. Algo que por otra parte, más temprano que tarde, obligará a pactos de cierta estabilidad ya que, de lo contrario, una gobernabilidad serena y tranquila va a ser imposible. Ya decía alguien, con rotundo conocimiento, que el momento de la victoria es a menudo el momento de mayor peligro.