Se puede jugar de forma individual o por parejas, en el interior o al aire libre. Solo se necesitan palas, una pelota y una pista similar a la del tenis.
No deja de ser sintomático que el padel haya logrado una alta popularidad en España durante la década larga de burbuja inmobiliaria. Y no ha sido sólo porque la pista de padel, el gimnasio y el servicio privado de seguridad se convirtieran en el nuevo símbolo de estatus de las clases medias.