nacionalismo catalán
Ada Colau y el pato de Voltaire
En EEUU dicen que si algo camina como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, seguramente se trata de un pato. Poco puede importar que el pato aduzca que en realidad es la paloma de la paz. ¿Por qué Ada Colau, a pesar de que sus actos políticos apuntan en la dirección contraria, sigue negando su nacionalismo catalán?
La política suspendida y su desenlace
La activación progresiva de la estrategia insurreccional en Cataluña hace necesaria la rápida resolución de la situación de interinidad del Gobierno español y la reconstrucción de un consenso eficaz en torno a la primera obligación de cualquier Estado democrático, que es la de asegurar el imperio de la ley y la protección de las libertades de todos los ciudadanos.
27-S: ¡Vota Frustración!
Pase lo que pase el día 27, el 28 habrá que comenzar a hablar, y tanto quienes han llevado a la mitad de los catalanes a este callejón sin salida con su cerrazón mesetaria como el grupo de irresponsables que han dirigido este proceso fullero, enloquecido y sin salida lo tendrán muy difícil para reconstruir un proyecto de país en el que quepa todo el mundo.
La actual acción exterior de Cataluña, un problema de Estado pendiente
En España urge acometer con mayor profundidad un análisis sobre las actividades exteriores que las Comunidades Autónomas pueden desarrollar. Los límites tienen que ser perfectamente identificables por todos y no esperar a pronunciamientos del Tribunal Constitucional. Hoy es Cataluña, mañana no sabemos.
El 9N y la manipulación ideológica en los centros educativos
Supongo que Artur Mas contaba con la complicidad de la mayoría de directores de colegios e institutos para la charlotada de dudosa legalidad que pretende organizar el 9N. No me extraña. No en vano, desde que CiU se hizo por primera vez con el poder, el control y la manipulación ideológica en todos los niveles de la educación ha sido uno de sus grandes objetivos.
Nacionalismo de consumo
Uno puede ser independentista igual que uno cambia de marido o mujer, se hace ateo o creyente, se muda a otra casa o de empleo. Igual que el capitalismo es particularmente adaptable a las circunstancias, lo son nuestras ideas o nuestra individualidad, siempre reversible.
Cataluña, una sensación de precipicio
Me preguntan mis amigos por qué alguien que se ha mostrado toda su vida a favor de las libertades en Cataluña y el País Vasco, se posicione en contra de la separación de Cataluña. Que alguien que dice creer en la democracia afirme que la consulta catalana sea un engendro peligroso y antidemocrático.
La minoría no catalanista
Hay en Cataluña una minoría que no es catalanista. ¿Qué se sabe de esa minoría? Muy poco. El nacionalismo, el soberanismo, el catalanismo, el independentismo ocupan tanto espacio público que nadie presta atención a esa minoría catalana que no se siente identificada con los símbolos o tradiciones catalanistas, o que no hace de ello un elemento central de sus convicciones políticas.
Cataluña es Madrid
Es verdad que un movimiento independizador mayoritario, sostenido en el tiempo, después de un debate profundo, probablemente fuera imparable. Pero antes démonos juntos un tiempo, tengamos un intercambio de puntos de vista, una maduración en el establecimiento de las certezas.
Cataluña y España bajo Ganímedes II en 6.714
¿Son estables las mayorías independentistas que apuntan las encuestas, o son coyunturales? ¿Se materializarían las simpatías demoscópicas ante una decisión realmente vinculante? Solo hay una forma de conocer la respuesta a la primera pregunta: el paso del tiempo. A la segunda sólo podría responder un referéndum inequívoco: sí o no. Esto último no parece verosímil a corto plazo.
Adivina quién viene a cenar esta noche
Según el excelentísimo ministro de Interior, estas Navidades han sido especialmente difíciles en Catalunya. No por la crisis, ni por los desahucios de muchas familias, ni por el paro, ni por la violencia machista contra las mujeres, sino por el auge del independentismo. Según el responsable de las Fuerzas de Seguridad del Estado, el debate sobre una Catalunya independiente provoca división en la sociedad catalana, una fractura social sin precedentes. Y añade que muchas familias catalanas no se reúnen para eludir el debate y el enfrentamiento.
Que el Gobierno celebre y ponga su empeño en ganar el referéndum catalán
Nada incomodaría más al independentismo y, sin embargo, no habría respuesta más democrática a su reto ni nada le quitaría la razón con más firmeza que una derrota en las urnas. Hay muy buenas razones de la razón y del corazón para que Cataluña permanezca en España. Apoyamos la celebración de un referéndum con la máxima responsabilidad, conscientes de que si la opción elegida fuese la independentista, el Gobierno de España estaría obligado a negociar de buena fe las condiciones de una ruptura que no deseamos.
Cataluña: ¿una pregunta clara para una clara mayoría?
La pregunta de la consulta catalana no es clara. No porque su enunciado sea difícil de comprender, que no lo es; sino porque son dos preguntas encabalgadas que hacen difícil de interpretar las respuestas. Será difícil averiguar si la consulta tuviera lugar, si se produjo o no una mayoría clara. Cuando la leí por primera vez me vino a la cabeza, y no me resisto a contarlo, la hilarante escena de los Hermanos Marx en la película Una noche en la ópera.