La semana antes de que Wiesel nos dijera adiós, Gran Bretaña votó por su salida de la Unión Europea, el terrorismo se llevó cientos de vidas por delante y, en Estados Unidos, Donald Trump siguió expandiendo el odio y la xenofobia. Estos sucesos, y la locura populista que parece seducir a votantes de ambos lados del Atlántico, traen unos escalofriantes ecos de los años 30.