
La ciudadanía irrumpe en el debate sobre la eutanasia
Cada vez se escuchan menos voces de fundamentalistas reclamando la obligatoriedad de seguir vivos en cualquier circunstancia. La sociedad avanza, no solo en su convicción de que la vida nos pertenece a cada uno, sino también en el número de personas dispuestas a asumir los riesgos -y el sufrimiento añadido- que comportan su exposición pública en situaciones vitales tan deplorables.