Muerte digna: España, un país sin legislación que castiga el suicidio asistido
"Una dramática historia real a la que el protagonista no puede poner fin pero los espectadores sí". Con este lema, la asociación Derecho a Morir Dignamente ha presentado esta semana El anuncio más largo del mundo, una proyección de 25 horas seguidas con la que buscan abrir un debate para que se apruebe una Ley de Eutanasia en España con motivo del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, que se celebra este 11 de octubre.
El filme, que se presentó este miércoles en el Pequeño Cine Estudio de Madrid, muestra el día a día de un enfermo terminal de cáncer que vive postrado en su cama "en plano secuencia desde el punto de vista subjetivo del enfermo".
Durante las 25 horas de metraje sólo se ve la habitación donde el protagonista, interpretado por el actor Juan Carlos Catalá, pasa todo el día y recibe los cuidados de un fisioterapeuta y de sus familiares.
"El rodaje ininterrumpido supuso una dura prueba para el equipo y el protagonista, metido en el papel de un hombre anónimo sometido a un día a día de dolores, apatía, depresión, escaras, infecciones, deterioro generalizado, etc. Un conjunto de síntomas típicos de un enfermo terminal de cáncer del sistema digestivo, simulados por el actor para acercar a los espectadores a una experiencia que fácilmente les puede tocar a ellos", explica la asociación en un comunicado.
La campaña se completa con una recogida de firmas a través de la página Change.org en la que se pide a distintos dirigentes políticos, incluyendo el presidente del Gobierno, que "apoyen una ley que regule el derecho a vivir y morir dignamente".
ESPAÑA: SIN REGULACIÓN; CON CASTIGO
Pese a que seis de cada diez españoles están a favor de regular por ley la eutanasia y más de la mitad apoyaría hacer lo mismo con el suicidio médicamente asistido, según un estudio del CIS de 2009, en España aún no existe una legislación al respecto.
De hecho, el Código Penal, en su artículo 143, recoge las penas para quien "induzca al suicidio". Esto dice la ley:
En los últimos años, se han aprobado legislaciones que regulan el proceso final de la vida, pero nunca la eutanasia o el suicidio asistido. En mayo de 2011, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de Ley Reguladora de los Derechos de la Persona ante el Proceso Final de la Vida, que llegó al Congreso de los Diputados como proyecto de ley pero que no llegó a tramitarse.
Un año antes, Andalucía se convertía en la primera comunidad autónoma que regulaba la muerte digna, con la aprobación, en marzo de 2010, de la Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte, que prohíbe el ensañamiento terapéutico, permite a los pacientes rechazar un tratamiento que prolongue artificialmente su vida y permite la sedación paliativa que alivie el sufrimiento del enfermo. Navarra y Aragón aprobaron en 2011 leyes similares.
Además, desde noviembre de 2002, en España existe la Ley Básica Reguladora de la Autonomía del Paciente y de Derechos y Obligaciones en Materia de Información y Documentación Clínica, que permite a los pacientes dejar escrito en un documento instrucciones previas sobre los cuidados que quieren recibir cuando no estén en condiciones de manifestarlas. Sin embargo, se excluye la eutanasia activa. Según datos de EFE, hasta finales de 2010, más de 75.000 personas expresaron su deseo de morir mediante el llamado 'testamento vital'.
¿DÓNDE ES LEGAL?
Fuera de España, la eutanasia activa es legal en Holanda, desde enero de 2002; en Bélgica desde septiembre de 2002; y en Luxemburgo desde marzo de 2009. En Bélgica, además, es legal la eutanasia infantil desde febrero de 2014.
Por otro lado, el suicidio médicamente asistido es legal en Suiza, donde está prohibida la eutanasia activa. También es legal en los estados de Oregon, Washington, Montana y Vermont de Estados Unidos. En el Territorio del Norte de Australia fue legal desde julio de 1996 a marzo de 1997, cuando fue derogado por el Parlamento.
De momento, los enfermos, los médicos y los familiares deberán seguir esperando porque, como indicaba el médico Fernando Soler Grande en su blog, "a pesar de proclamar pomposamente la libertad, la autonomía personal y el respeto a la dignidad individual como fundamentos del orden social, las leyes siguen sin permitirlo".