muerte digna
La buena muerte
La primera pregunta que uno puede hacerse es si es posible, en rigor, establecer un canon ideal sobre la muerte que sea extensible para una aceptación mayoritaria de la población. Un canon indiscutible, que no exija matices. Soy yo así de peculiar o lo que es verdaderamente peculiar es la idea de muerte que tiene cada uno.
La necesaria gratitud a quienes ayudan a morir bien y dignamente
Algunas personas ayudan a morir dignamente, a que los últimos momentos de una vida sean apacibles, dignos, coherentes. Lamentablemente, sin embargo, algunos tachan a estas personas de medio delincuentes. Muy al contrario, disponer libre y responsablemente de la propia vida es un derecho y ayudar a llevarlo a cabo es un acto solidario, humanitario, tan lleno de dignidad como la propia muerte que se acompaña.
La eutanasia, en el banquillo de los acusados
El artículo 143 del Código Penal no sólo no es capaz de impedir que se produzca la ayuda solidaria a quien pide morir, sino que genera además otra desigualdad, contraria a cualquier moral cívica; porque sólo impide morir en condiciones dignas, seguras y pacíficas, a quienes no tienen los recursos económicos para buscar legalmente ayuda en otro país.
Pesadilla innecesaria en Zaragoza
Ya olía a primavera y los días ofrecían más luz, camino ya del solsticio de verano, cuando una tarde de abril Ignacio volvió a escuchar de labios de su madre, Isabel, su deseo de morir: "Hijo mío, ayúdame a morir, quiero morir". Y a Ignacio se le nubló la vista, sintió una fuerte punzada en el esternón y seguramente no pudo contener el llanto.
La necesidad de regular el suicidio asistido y la eutanasia
Es una realidad innegable que en nuestro país muchas personas mueren mal, sin que se respeten sus valores, y en muchas ocasiones en condiciones que, en mi opinión, atentan contra su dignidad como personas; negarlo no deja de ser un ejercicio de ocultación e hipocresía. Esta realidad es inadmisible y se hace imperativo cambiarla.
La ciudadanía irrumpe en el debate sobre la eutanasia
Cada vez se escuchan menos voces de fundamentalistas reclamando la obligatoriedad de seguir vivos en cualquier circunstancia. La sociedad avanza, no solo en su convicción de que la vida nos pertenece a cada uno, sino también en el número de personas dispuestas a asumir los riesgos -y el sufrimiento añadido- que comportan su exposición pública en situaciones vitales tan deplorables.
El PP condena a vivir en cualquier circunstancia a quienes no tengan testamento vital
Era esperable que en el PP, ante la más que previsible pérdida de la mayoría de gobierno en las próximas legislativas, pretendieran dejarlo todo atado y bien atado en una especie de venganza anticipada contra tan ingrata ciudadanía. Lo que no sospechábamos es que iban a dejar el terreno sembrado de minas, como la reforma que, con todo sigilo y disimulo, de la Ley 41/2002, de autonomía del paciente (LAP).
En esto consiste morir con dignidad
Quiero dejar una cosa clara: no soy una suicida. Lo último que quiero es morir. Tengo muchos motivos por los que vivir. Pero, llegados a este punto, no sólo estoy cansada de luchar, sino que además no me quedan opciones. He decidido tomar el control de algo que lleva controlándome varios años.
El falso caso de las sedaciones de Leganés
Diez años después del atropello del caso Severo Ochoa, Esperanza Aguirre, "liberal de toda la vida", trabaja en una empresa privada dedicada a la búsqueda de talentos, gracias seguramente a su demostrada habilidad para elegir colaboradores: Lamela, catapultado por la puerta giratoria hacia el negocio del turismo sanitario; otros varios en la cárcel, imputados o en trámite de serlo... Desde luego, méritos para ser alcaldesa no le faltan. ¿Verdad?
A Hollande le crece la nariz
Resulta francamente chocante que la socialdemocracia francesa, como la española, se muestre tan contraria a la muerte voluntaria siendo así que su comportamiento, cada vez más alejado de los valores propios de la izquierda, se encamina vertiginosamente hacia su suicidio político.
En España, Brittany no habría podido optar por la muerte digna que quiso
Después de que le diagnosticaran un cáncer terminal con 29 años, Brittany decidió que no se sometería a tratamientos que empeorasen su calidad de vida para arañar unas semanas de vida extra. Eligió asumir el control de su muerte con la misma libertad y autonomía que había gobernado su vida y rechazó vivir un final de sufrimiento indigno por inútil.