Según una encuesta reciente, el índice de aprobación de Obama es de un 55%, mientras que el de Trump es de un 37%. Los votantes opinan que Trump es convincente e inteligente, pero también que es deshonesto, que no piensa en los ciudadanos, que su carácter es cuestionable y que debería dejar de tuitear, por cierto. Pero estas opiniones no perturban a Trump (ni a sus círculos más íntimos). El magnate sigue la "teoría del gran hombre"; muy del siglo XX, muy Churchill, Roosevelt y Stalin. Se basa en la teoría del superhéroe, según la cual las figuras viriles (virales) no solo desafían a la historia, sino también a la gravedad.