Una evaluación toxicológica realizada por científicos españoles ha demostrado que el contenido de mercurio en algunas muestras supera todos los límites.
Así, mientras se define el destino de sus hijos, los jóvenes padres caminan a zancadas hacia una muerte prematura. En tanto, los habitantes de la Sierra Gorda no saben qué contiene el agua que beben ni el aire que respiran. En mayor o menor medida, quizás todos estemos envenenándonos lentamente.
El mercurio se bioacumula en el medio ambiente mediante la ingesta de alimentos y agua. Con el tiempo, el elemento se concentra en organismos individuales. Descrita como la enfermedad de Minamata, esta severa forma de envenenamiento es un síndrome neurológico debilitante causado por el consumo de organismos marinos fuertemente contaminados.