Madrid 2020
Madrid 2020
Más allá de las cifras y su maquillaje, las descomunales inversiones, el dudoso impacto benéfico en la imagen y la economía de una ciudad y de un país, los Juegos Olímpicos están bañados de un intangible emocional cuyo valor no se ajusta a las tablas excel. Una cita olímpica ejercería como tónico reconstituyente para la moral colectiva, y aunque la crisis económica, social, institucional y política que atravesamos no se cura con fórmulas mágicas, un buen chute de ilusión y energía ayuda a cualquier enfermo a afrontar su recuperación.
Madrid se merece los juegos olímpicos
Después de 12 años de intenso trabajo tenemos un proyecto excelente con un apoyo popular muy superior a nuestros rivales, un 80% de instalaciones construidas, una experiencia deportiva que garantiza éxito y un coste financiero sin riesgos en estos momentos de crisis económica.
¿Nos convienen los Juegos Olímpicos?
Madrid no necesita -como sí necesitaban Pekín, Río o Estambul- un evento de esta magnitud en el que mostrarse al mundo. Y no necesitándolo, hacer una inversión millonaria en estos tiempos de crisis en los que cualquier necesidad en España es más acuciante que las obras olímpicas parece un capricho prescindible.