Los partidarios de la primera ministra británica piden darle tiempo para desarrollar su plan de crecimiento, tras el revés recibido por su estrategia fiscal.
La comunidad internacional, salvo contadas excepciones, reconoce que no es esa la capital de Israel, por ser una ciudad ocupada en parte a los palestinos.
La primera ministra de Reino Unido ignora las peticiones del Ministerio de Exteriores de no usar el evento para fines diplomáticos y mantendrá varias reuniones privadas
El todavía primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, viaja este martes a Escocia para presentar formalmente su dimisión ante la reina Isabel II en el castillo de Balmoral, donde la soberana pasa sus vacaciones.
Genio y figura hasta el final, el primer ministro saliente de Reino Unido da su último discurso, antes de irse a vivir a casa de un amigo y ponerse a escribir sus memorias.
Le viene un chaparrón: inflación, crisis energética, poder adquisitivo, Brexit, Irlanda del Norte sin Gobierno, Escocia, con refrendo y una imagen de gestión bochornosa.
"Sé que tiene el plan adecuado para abordar la crisis del coste de la vida, para unir a nuestro partido y cohesionar nuestro país", defiende sobre su sucesora.
Conservadora de manual, ansía bajar impuestos, adelgazar el Estado y parecerse a Thatcher. Recoge los frutos de su fidelidad al 'premier' y de su ambición sin careta.
La ministra británica de Exteriores, fiel al 'premier', tremendamente conservadora y continuista, se ha impuesto al extitular de Hacienda, Rishi Sunak.
La responsable de Exteriores parte como favorita para liderar a los 'tories' y ser primera ministra, frente al extitular de Hacienda. Los choques y la falta de propuestas marcan la campaña.