La elección de neumáticos, una vez más, fue clave para la victoria final. Crutchlow se la jugó y le salió de perlas. El compuesto duro le permitió conducir más rápido por las zonas secas de la pista.
El piloto de Honda ha vuelto a demostrar que está hecho de otra pasta, que las caídas apenas le pasan factura física y mucho menos psicológica. En el Gran Premio de Brno (República Checa) ha salido a por todas para marcar un tiempo estratosférico.