El 9-N en la calle Muntaner
La cola es realmente impresionante y casi da la vuelta a la manzana. Pese a todo, no se palpa ni pizca de frustración, antes al contrario, impera un ambiente más bien festivo. Nunca he visto colas semejantes en unas elecciones en el barrio con anterioridad. Llega el mismísimo Pujol, acompañado de su mujer, y se sitúa al final de la cola.