El Ejército de Israel ha indicado que sus bombardeos contra la capital libanesa, Beirut, durante la noche del miércoles tuvieron como objetivo "almacenes de municiones".
La esperada charla, es la primera que mantienen los gobernantes de EEUU e Israel desde agosto, antes de que las tropas hebreas se lanzasen contra Hizbulá en Líbano y de que Irán lanzara cientos de misiles contra Tel Aviv y Jerusalén.
Los más de un centenar de firmantes aseguran que los combates suponen una "sentencia de muerte" para los 101 secuestrados por Hamás durante los brutales atentados del 7-O. La carta llega tras el asesinato de tres de ellos por fuego amigo, en una jornada en la que las víctimas palestinas suben a 44.000.
La represalia de Tel Aviv será "significativa", dicen funcionarios de EEUU, y probablemente combinará ataques aéreos contra objetivos militares y ataques clandestinos como el que mató al líder de Hamás, Haniyeh, en julio.
EEUU considera que Hizbulá "ha cambiado el tono" y quiere un alto el fuego porque está "en la cuerda floja". También afea a Tel Aviv que ice su bandera en la zona ocupada del sur de Líbano.
Más de 2.000 personas han muerto ya por los ataques de Israel y un millón han tenido que dejar sus casas. 250.000 han escapado a Siria, que lleva desde 2011 en guerra. Los refugios están hacinados, proliferan las enfermedades y no se ve el fin.
Sus combatientes experimentados, especialmente en Siria, y su armamento, sofisticado gracias al apoyo de Irán, son sus bazas para no dejar que Tel Aviv avance.
El llamamiento del presidente galo tiene tres dianas fundamentales: EEUU, Alemania e Italia. La extensión del conflicto de Gaza a Líbano, un país que fue colonizado por Francia, moviliza al mandatario, cuyo perfil internacional ha bajado notablemente.
"Así me gustaría llamar oficialmente a esta guerra", ha apuntado el primer ministro israelí ante su gabinete de seguridad en una reunión de urgencia por el primer aniversario de los atentados de Hamás.
El ministro de Asuntos Exteriores español ha aprovechado para condenar de forma "tajante" el "brutal atentado terrorista de Hamás", pero también ha rechazado la posterior respuesta israelí.
Con Hamás y Hizbulá prácticamente descabezados, un sentimiento nuevo invade a la sociedad israelí, dando alas a la derecha extremista y justificando una escalada regional que amenaza su economía y la aísla cada vez más del resto del mundo.
720 palestinos, entre ellos 160 menores según el Ministerio de Sanidad, han muerto en el último año en la zona y el este de Jerusalén, la mayoría durante incursiones militares pero también por ataques de colonos, sin que Tel Aviv intervenga.
El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó en suelo israelí el ataque más dañino de su historia. Tel Aviv replicó con una ofensiva que aún dura y a la que nadie le ve el fin. La dinámica del conflicto, viejo de 80 años, ha saltado por los aires, a pura muerte.