La actividad de Al Qaeda (y sus franquicias) y del Estado Islámico no supone un incremento del movimiento yihadista sino, por el contrario, una fragmentación de la amenaza que éste representa. Cabe recordar que el Estado Islámico era la franquicia iraquí de Al Qaeda, y que su ideología y objetivos, más allá de mínimos matices, son prácticamente los mismos.