Cuando disponga de un par de horas, siéntese a una mesa y tenga a mano papel y lápiz. Después, escriba: "Quiero votar"; y al lado: "No quiero votar". Tómese tiempo, no hay prisa. Pugnarán entre sí su cerebro, su corazón y el resto de sus vísceras. No puede levantarse mientras no haya tachado una de las opciones y se haya quedado con la otra.
Las expectativas no cumplidas de los votantes que esperaban un pacto de Gobierno y evitar así repetir elecciones tendrá una notable influencia el 26 de junio y durante la campaña. El discurso conciliador de los nuevos, las declaraciones de mano tendida que Iglesias y Rivera lograron colocar en diciembre, ha quedado invalidado por ellos mismos con su veto mutuo, repitiendo el comportamiento que denunciaban de los dos grandes partidos.