A la caza de los promiscuos
Las expectativas no cumplidas de los votantes que esperaban un pacto de Gobierno y evitar así repetir elecciones tendrá una notable influencia el 26 de junio y durante la campaña. El discurso conciliador de los nuevos, las declaraciones de mano tendida que Iglesias y Rivera lograron colocar en diciembre, ha quedado invalidado por ellos mismos con su veto mutuo, repitiendo el comportamiento que denunciaban de los dos grandes partidos.
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¿Formas parte del 36% de ciudadanos que decidió su voto durante los quince días de la campaña electoral del 20D? Que sepas que para los demoscopos y sabios de la cosa eres un "votante promiscuo", que les vuelves locos y no saben qué hacer contigo. Por volátil -por no llamarte voluble y egoísta, en vez de pragmático- y porque les desconciertas, siembras el desasosiego. La cuestión es: si esperaste al último momento para elegir en diciembre, ¿ahora que harás? ¿Volverás a votar tras seguir la campaña, esa que hastía, aburre, cansa y tiene enfadados a tantos ciudadanos e incluso a políticos?
Dado que una mayoría de españoles, el 75% según el CIS, está convencido de que los políticos no se preocupan mucho de lo que piensa y padece gente como ellos, lo que es de extrañar es que solo algo más de la tercera parte de los votantes se declare rematadamente infiel. "Los votantes van a volver a ver el mismo museo, la misma película de diciembre. Va a bajar algo la participación, pero creo que menos de los que nos creemos. Como el examen está tan reciente, no van a prestar mucha atención a los políticos, pero no olvidemos que la encuesta del CIS está hecha antes de conocer el desenlace de que no iba a haber acuerdo. No creo que el PSOE lo tenga tan mal, la abstención favorece a los dos partidos consolidados, primero el PP y luego al PSOE", explica Narciso Michavila, presidente de la consultora de investigación GAD3.
Ahora todos son casta
Las expectativas no cumplidas de los votantes que esperaban un pacto de Gobierno y evitar así repetir elecciones tendrá una notable influencia el 26 de junio y durante la campaña. El discurso conciliador de los nuevos, las declaraciones de mano tendida que Iglesias y Rivera lograron colocar en diciembre, ha quedado invalidado por ellos mismos con su veto mutuo, repitiendo el comportamiento que denunciaban de los dos grandes partidos. Oficialmente, forman parte de la casta. Su llegada al Parlamento les ha contagiado la uniformidad del diputado. Están en el mismo saco.
"Ahora el votante conoce ya a todos, ha observado su comportamiento en estos meses y habrá menos que decidan en esas dos semanas. Creo que tras esta experiencia, mucha gente que no votó a Rajoy, prefirió abstenerse, va a volver al PP porque pensarán que, con lo que han visto, se quedan con lo que ya conocían. El 20D era un escenario excepcional. No es lógico pensar que los que dudaron tanto sigan haciéndolo; ya tienen más datos, más certidumbres, porque estos cuatro meses han aclarado el nuevo sistema de partidos. Ya no habrá uno solo que pueda imponer su voluntad absoluta a los otros tres. Los emergentes han emergido para competir con PP y PSOE. No para pactar con ellos, sino para sustituirlos en el poder. Por eso, la capacidad para negociar un Gobierno era tan limitada", opina el catedrático de Políticas, Julián Santamaría, durante lustros referente de análisis de encuestas para los socialistas.
Los 'infieles', más preparados
Jóvenes, urbanitas y preparados. El perfil de infiel o promiscuo coincide con el retrato robot del votante medio de los partidos emergentes. Más atento al comportamiento que a las ideologías. Tanto que un 8,4% dudó en votar entre Podemos y Ciudadanos, mientras que un 9,3% vaciló entre Podemos o IU, evidenciando que hay otras variables en juego. "En elecciones anteriores al 20D, solo alrededor del 15% de los votantes escogía durante la campaña. Ahora son el 36%, lo cual resulta muy revelador de la volatilidad en la que nos encontramos. Al 26J se suma la incertidumbre de cuántos de esos promiscuos son potenciales abstencionistas", analiza el politólogo Ignacio Urquizu, diputado socialista, que ha batido el récord de pasar por tres legislaturas distintas en menos de un año -Cortes de Aragón, Senado y Congreso-. Un ejemplo en sí mismo de la época de cambios veloces en la que vivimos.
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Iván Redondo, de Redondo y Asociados, exasesor de José Antonio Monago, expresidente de la Junta de Extremadura, tira de la conocida clasificación del geógrafo y politólogo valenciano Jaime Miquel -autor del concepto de las cuatro generaciones que conviven en España, los niños de la guerra, la de la autarquía, la transición y la democracia- para restar peso a ese 36% de promiscuos que decidieron su voto tras la campaña. "Son los votantes nacidos en la democracia la mayoría de ellos. Se inclinaron por Ciudadanos o Podemos porque no tenían pelos en la gatera. Pero ese fenómeno ha sido único. Ahora, los dos nuevos llevan seis meses ejerciendo".
La burbuja de las encuestas se ha vuelto a reactivar. Y una de las cosas más divertidas del tan esperado y diseccionado CIS postelectoral es que cuando preguntan a los 8.000 encuestados si han consultado las encuestas de intención de voto, un 63% afirma conocerlas, aunque el 90% coincide en señalar que le han influido poco o nada a la hora de votar.
A pesar de que a los políticos les cueste creerlo, los españoles tienen criterio propio. Otra cosa es que no coincida con el resultado que esperaban.