Cuando se cumple un año de la victoria en Italia de la líder neofascista toca hacer repaso: su atlantismo y compromiso con Ucrania le han dado empaque mundial, mientras en casa cumple poco pero apunta maneras con sus peleas ideológicas.
El viceministro de Infraestructura, Galeazzo Bignami, ha reconocido que se siente avergonzado por la imagen y ha criticado que saliera a la luz casi 20 años después.
La publicación de datos sobre contagios y defunciones por covid pasará de ser diaria a semanal. El pasado jueves se registraron 31.760 casos y 94 muertos.
La ganadora de las elecciones coloca a su mano derecha en el Senado de Italia y negocia con la derecha los ministerios con la premisa de "cumplir" su programa.
Abascal y Meloni se han dedicado mutuamente piropos y palabras de admiración. A ellas se suman las Olona, que confiesa que la italiana es su "inspiración".
Hermanos de Italia pasa de una posición residual a primera fuerza con un discurso de cambio frente al fracaso de ejecutivos encadenados, poniendo en jaque libertades de décadas.
Contrasta con el silencio de las instituciones europeas y los Gobiernos proUE. Sólo Hungría y Polonia, espejos para Meloni, salen a felicitar a sus "amigos".
La suma de derecha y derecha radical puede lograr entre un 41 y un 45% de los votos, frente al 25,5 a 29,5% del centro izquierda. El descontento popular se ha ido a por el extremo.
La favorita es la ultraderechista Meloni (Hermanos de Italia), apoyada en una coalición que le permitirá estabilidad parlamentaria. El centro-izquierda sigue en su pelea interna.