El centroizquierda gana en Roma y Turín y apuntala su victoria contra Salvini

El centroizquierda gana en Roma y Turín y apuntala su victoria contra Salvini

El cerco a la ultraderecha, tras su ataque a fuerzas sindicales, pasa factura.

Las coaliciones de centroizquierda de Italia recuperaron hoy importantes ciudades como Roma o Turín (norte) en la segunda vuelta de las elecciones municipales, logrando frenar a los candidatos de los ultraderechistas Matteo Salvini y Giorgia Meloni.

En la capital, el progresista Roberto Gualtieri será alcalde con el 60,1 % de los votos frente a Enrico Michetti (39,9 %), mientras que en Turín el candidato de centroizquierda Stefano Lo Russo ganó con el 59,2 % a Paolo Damilano (40,8 %).

Italia terminó la segunda vuelta de las elecciones municipales para cambiar los ayuntamientos de 65 ciudades, tras un primer turno los pasados 3 y 4 de octubre, cuando el centroizquierda triunfó en Milán, Bolonia (norte) y Nápoles (sur), entre otras ciudades.

La izquierda se ha hecho con la mayoría de capitales de provincia como Caserta, Cosenza, Isernia, Latina, Savona y Varese, mientras que en Trieste seguirá el actual alcalde, el derechista Roberto Dipiazza, tras una frenética y muy ajustada remontada (51,3 %).

La ciudad ingobernable

“Empieza ahora un trabajo de extraordinaria intensidad para impulsar Roma y hacerla funcionar mejor, para que crezca y sea una ciudad más inclusiva y campeona de la transición ecológica”, prometió su nuevo alcalde, Gualtieri, ante sus seguidores.

La gestión de Roma es siempre espinosa y la alcaldesa saliente, Virginia Raggi, del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), ha sido la última en pagar el precio de gobernarla desde 2016, además como la primera mujer en hacerlo en su historia.

Pesan especialmente la ruinosa situación financiera que arrastra, así como la más que precaria situación de algunos de sus servicios elementales, como el de las basuras. Por eso los partidos, sabedores del desgaste, optaron por candidatos de segunda fila.

Y el ganador finalmente fue Roberto Gualtieri, romano de 55 años, exministro de Economía en el segundo Gobierno de Giuseppe Conte y desde la caída de este y el ascenso de Draghi, en febrero de 2021, diputado y candidato a alcalde.

Su rival era Enrico Michetti, hasta hace nada desconocido en Roma que sin embargo ha saltado a la fama por sus comentarios racistas y sobre el Holocausto, revelados en estos días.

Moralejas

Las elecciones eran un pulso para comprobar el tirón de los partidos ante las generales de 2023, ya que en el Parlamento todos menos la ultraderechista Hermanos de Italia de Giorgia Meloni están en la coalición de Gobierno de Mario Draghi.

Por eso, los expertos tratan de extraer alguna conclusión, teniendo en cuenta que mas de la mitad del electorado se ha quedado en casa. En esta segunda vuelta votó el 41,86 % del censo, frente al 50,12 % del primer turno, uno de los datos más bajos de la serie.

La primera conclusión es que las coaliciones del centroizquierda, encabezadas por el Partido Demócrata (PD), no solo han logrado resistir en ciudades como Milán y Bolonia (norte) sino que han recuperado Roma o Turín, gobernadas en el último lustro por el M5S.

Por otro lado esta formación, que ha renegado de su carácter “anticasta”, ha sufrido un nuevo varapalo perdiendo esas dos ciudades, las primeras insignias que se adjudicó cuando crecía vertiginosamente hasta llegar al poder en 2018.

Por otro lado se ha demostrado la utilidad de la alianza entre el PD y el M5S, que ha permitido ganar en Nápoles o Bolonia, algo muy a tener en cuenta en la carrera electoral.

En este sentido, la coalición entre Meloni, Matteo Salvini y Silvio Berlusconi, que ha venido funcionando muy bien en los últimos años, ha descubierto una especie de techo de cristal y no se impuso en ninguna de las grandes ciudades en juego.

Carrera hacia 2023

Los máximos responsables de los partidos salieron a última hora a celebrar o quitar hierro a los resultados. El del PD, Enrico Letta, los calificó de “victoria triunfal” y apostó por seguir con su estrategia de “coaliciones amplias” que derroten a la derecha.

Y, confesó, aunque la tentación es propiciar un adelanto electoral ante estos buenos resultados para las fuerzas progresistas, prometió su apoyo a Draghi en lo que queda de legislatura.

Desde la coalición conservadora atribuyeron su descalabro a la baja participación. Meloni y Salvini de hecho aludieron a una supuesta “crisis de la democracia” porque, a su parecer, los electores no creen en el voto como forma de cambio social debido a “los juegos de palacio” de la política, a sus estratagemas.

Pero Meloni lanzó un dardo a sus socios en la coalición, a Salvini y a Berlusconi, pues al contrario que ella, están en la coalición gubernamental de Draghi con los partidos progresistas.

“Cuando una parte de la coalición de derechas gobierna con el centroizquierda, es normal que complique la creación de una alternativa clara y desoriente al electorado de derechas”, reprochó Meloni, que pidió una cumbre con sus socios esta semana.