El finlandés Julius Kivimäki, que comenzó su carrera de pirata informático siendo menor, pasará más de seis años en prisión por vulnerar la privacidad de los pacientes. Varios de ellos se suicidaron al conocerse sus confesiones en consulta.
Se detectó en el verano de 2023, cuando se aprovechó una brecha de seguridad del sistema operativo Microsoft para ganar acceso a las cuentas de correo electrónico de los líderes de la formación socialdemócrata.
EEUU lo ha considerado una amenaza para su seguridad nacional, pero la prensa lo reivindica como un informador-pirata que, vía WikiLeaks, puso luz en las tinieblas. Ahora, tras un acuerdo, volverá a ser libre en su país, Australia.
Los autores piden el pago de 75.000 dólares para liberar el sistema. Tal como ocurrió en el Ayuntamiento de Sevilla, no se abonará la cantidad demandada.
Este lunes la Policía Nacional ha detenido al principal comprador de datos ilegales ligados a esta trema. Ha sido sorprendido 'con las manos en la masa', en plena campaña de 'smishing'.