El presidente francés se declara "gran admirador" de un actor que "dio a conocer a Francia en todo el mundo" y niega que vaya a retirarle la Legión de Honor.
No tengo la costumbre de compartir mis sentimientos en esta columna. Pero, ya que Simone en la película Welcome to New York pretende representarme, quiero expresar desde aquí mi asco. Las alusiones a mi familia durante la guerra son totalmente degradantes y difamatorias.
A los que más les gustan los amigos famosos es a los políticos. Matan por sacarse una foto con uno de ellos. No había más que ver la toma de posesión de Obama; premios Nobel no parecía haber muchos, pero de los otros no faltaba ni uno: Beyonce, Eva Longoria, James Taylor, Katie Perry, Clooney.
Más allá del folklore, de lo anecdótico, de la búsqueda desesperada del escándalo -una búsqueda, por parte de Gérard Depardieu, tan desesperada que parece rozar el suicidio-, el episodio ruso de estos últimos días da que pensar. Nos gustaría que el ministro de Asuntos Exteriores protestara por los malos modos de Rusia respecto a Francia.