Gérard Depardieu: Vladimir Putin se ríe de Francia a costa del actor nacionalizado ruso
El exilio fiscal de Gérard Depardieu en Rusia, que ha concedido la nacionalidad al actor francés, tiene a parte de la opinión pública francesa en guardia contra la república exsoviética. El problema no es tanto que el intérprete de Obelix haya conseguido el pasaporte ruso para eludir pagar el impuesto del 75% sobre la renta con el que el Gobierno de François Hollande grava a los ricos franceses, un gesto que sus conciudadanos ven como un acto desesperado que roza lo patético. El debate se centra más bien en la mofa por parte de Rusia de la que se sienten víctimas los franceses, y en la respuesta diplomática que esperan del Elíseo, que ha optado por mantener un perfil bajo.
La derecha francesa ha aprovechado la ocasión para azuzar al Gobierno de Hollande. El exministro Claude Guéant (UPM) considera que el caso Depardieu es señal de que “algo va mal en Francia”. Guéant, muy cercano al ex primer ministro Nicolas Sarzkozy, declaró que Putin le ha dado “una patada en la nariz a Francia”, como recogen nuestros compañeros de Le HuffPost. “Las relaciones diplomáticas con Rusia se han degradado desde la llegada al poder de François Hollande, y es una pena: Rusia es un país inmenso”.
La diplomacia francesa prefiere no intervenir ni reaccionar a la entrega del pasaporte ruso a Depardieu. Voces como Anne Sinclair, directora de Le HuffPost, han pedido al Gobierno algún tipo de respuesta a lo que consideran un "desafío" del Kremlin y de la prensa rusa a su país:
El primer secretario del Partido Socialista francés -en el Gobierno- y eurodiputado Harlem Désir, tampoco pudo contener su enfado el domingo 6 de enero y lo expresó así en la red social Twitter: "¡Ya basta, Francia no tiene que aguantar lecciones! ¡Ninguna puesta en escena conseguirá que olvidemos a [Ana] Politkovskaya, Pussy Riots, Chechenia o Siria!"
La portavoz del Ejecutivo francés, Najat Vallaud-Belkacem, prefirió sin embargo no hacer comentarios en el programa político BFM, y se limitó a decir que Putin "tiene el poder legítimo para darle la nacionalidad a quien quiera". Aprovechó, eso sí, para sugerir que al presidente ruso más le valdría tener “un gesto de gracia” con las integrantes del grupo de música Pussy Riot “que se están pudriendo en campos de trabajo por haber cantado una canción”.
GUASA EN RUSIA
El investigador francés del Iris (Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas) Philippe Migault, en un análisis recogido por nuestros compañeros de Le HuffPost, coincide con Sinclair en que en Rusia se están riendo mucho estos días a costa de Francia con chistes que señalan que ahora los refugiados políticos van de Francia a Rusia, y no al revés.
Lo mismo opinó en un programa de BFMTV el especialista de Rusia y biógrafo de Putin, Pierre Lorrain, que cree que el presidente ruso se lo está pasando bomba, a la vez que "ajusta sus cuentas con Hollande por sus divergencias sobre Siria".
El ministro de Exteriores finlandés se ha sumado a las chanzas, a su manera, y ha ofrecido a Depardieu acogerle en su país, en caso de que las cosas no le vayan bien en su nueva patria: "Querido Sr. Depardieu, si necesita un visado, por favor contacte con la Embajada Finlandesa en Moscú. Otorgamos 1,2 millones de visas al año en Rusia".
En Rusia proliferan los montajes que se mofan del actor, como estos recogidos por la web de France 24.
En esta foto, titulada Las personalidades de Mordivia, Depardieu comparte imagen con Nadezhda Tolokonnikova, integrante de Pussy Riot que cumple condena en un campo de trabajo de esta región, que el actor francés visitó tras recibir su nuevo pasaporte.
Esperando a Bardot, en referencia a la obra de teatro de Samuel Beckett Esperando a Godot, es un montaje del cuadro del pintor ruso Vasily Shulzhenko en el que Depardieu espera en la postura que se observa la llegada de Brigitte Bardot a Rusia, después de que la actriz haya defendido a su compañero de profesión.
RELACIONES FRÍAS ENTRE PARÍS Y MOSCÚ
Las relaciones entre Francia y Rusia decayeron tras la salida del Elíseo de Nicolas Sarkozy, que mantenía una relación cordial con Putin. El caracter de Hollande, que se ha propuesto ser un "presidente normal", está en las antípodas de los hiperactivos Sarkozy y Putin, y el enfriamiento de las relaciones bilaterales quedaron patentes en su encuentro de junio, por sus discrepancias sobre la guerra en Siria.
"La postura de Francia sobre el caso de las Pussy Riot o los derechos humanos en Rusia no fue bien recibida. El pasaporte otorgado a Depardieu es la última palabra de Rusia", considera Philippe Migault. Pero más allá de esos desencuentros, el experto asegura que las relaciones comerciales entre los dos países siguen tal cual, porque ambos se necesitan mútuamente.
Miguel Mora, corresponsal en Francia del diario EL PAÍS, es de la misma opinión y cree que el asunto "no va a tener incidencia en unas relaciones internacionales que tienen problemas más graves como Irán y Siria". "Puede haber tensado un poco la relación, pero no creo que pase de ser una anécdota, que la personalidad de Depardieu ha amplificado", explica en conversación telefónica. Un "circo", en suma, en el que se ha escenificado "la pérdida de papeles de una estrella y su suicidio mediático".