No hay botón de apagado. Seguimos adelante y ya está, como el conejito de Duracell hasta las cejas de coca. Día sí y otro también. Estoy segura de que a veces te sientes igual que yo. Por eso me quito el sombrero y aplaudo tus esfuerzos por aguantar desde el amanecer al atardecer.
Hay muchos que piensan que lo más inteligente es suprimir las emociones, que para ser efectivo hay que ser como una máquina, pero la experiencia nos dice que esta forma de pensar ha traído al ser humano más sufrimiento que éxito. Las personas que dominan la inteligencia emocional saben filtrar, redefinir y expresar sus emociones; viven una vida más auténtica, más plena y consciente.
Sé que el virus VIH está estigmatizado, pero no tiene por qué ser así y mi objetivo es cambiar esa percepción negativa. El VIH y el sida son tratables y se puede vivir una vida normal. Soy la prueba viviente de ello. Mi vida es un milagro, pero no soy el único con una historia que contar.
Hemos sido condicionados en la creencia de que la amabilidad significa estar disponible las veinticuatro horas del día, pero eres dueño de tu propio tiempo y energías para decidir cómo gastarlos. No puedes pretender gestionar las emociones de los demás y al mismo tiempo silenciar las tuyas.
Mi matrimonio abierto es una forma intencionada de evolucionar juntos, una manera de crear espacio para el desarrollo individual al tiempo que mantenemos un profundo vínculo. El reto de alimentar la vitalidad en las relaciones a largo plazo está en fomentar las cualidades opuestas de la pasión y la estabilidad, de lo salvaje contra lo predecible.
Los teléfonos fijos desaparecerán de las empresas, sustituidos por una red de terminales móviles de empleados y, por supuesto, ordenadores personales que son los que, de momento, fijan el puesto de trabajo del empleado. En una sociedad del movimiento, el teléfono fijo es una especie de ancla para inadaptados.
La lógica del café para todos es entender que ser iguales va mucho más allá de que la ley debe ser igual para todos y debemos gozar de similares oportunidades. Entiende que la igualdad es un fin en sí mismo y siempre preferible a la libertad.
Nuestra vida queda resumida en la experiencia como consumidor. Todo lo que hemos hecho es leído como experiencia de consumo: juventud, el amor, los viajes iniciáticos... Hasta el trabajo aparece como consumo de empleo. Sin embargo, hay actividades o categorías sociales que son condenadas a la exclusión.