La dura vida de los últimos nómadas (FOTOS)
El nomadismo no está de moda. Dejó de estarlo hace miles de años, pero todavía es posible encontrar pueblos que continúan con sus antiguas tradiciones. Suelen estar en lugares recónditos, como Siberia oriental, en la región conocida como Chukotka.
A miles de kilómetros al noreste de Moscú, ocupa una una zona muy extensa y casi despoblada entre el mar de Bering y el mar de Chukchi. Apenas hay carreteras y solo es posible llegar a esta región en avión.
Parapetados tras una enorme muralla natural de tundra, nieve y frío se encuentran los koryaks y los chukchis. Estos pueblos nómadas, emparentados históricamente, se dedican sobre todo al pastoreo de renos. También pescan y cazan, y rara vez se dedican a la agricultura, entre otras cosas porque las duras condiciones en las que viven dificultan esta actividad.
Los renos son animales robustos y muy resistentes. Son capaces de pasar por lugares en los que un caballo se rompería las patas. Además de medio de transporte, la piel de los renos sirve de abrigo. Incluso, en ocasiones, se puede comer su carne. La dieta chukchi se compone también de gran cantidad de hierbas silvestres, raíces, bayas y algas; y de la carne de caza y el pescado, desde morsas hasta el salmón que habita en esta región.
Fuera de la región son sobre todo famosos los guardianes de sus rebaños: los perros husky, que domesticaron illo tempore y actualmente se han hecho muy populares en occidente. Además, los chukchis son unos de los personajes más comunes de los chistes rusos, como podrían ser los de Lepe en España.
Las creencias de estas personas están muy ligadas a su modo de vida. Viven en tiendas conocidas como chums y hay numerosos ritos alrededor de la casa. Durante el invierno las viviendas se cubren con pieles para mantener el calor, y en verano, con corteza de abedul.
El chamanismo es su religión oficial. Es un hombre el que ocupa esta posición y, según algunos antropólogos, en algunas ocasiones utilizan amanita muscaria para acceder a regiones poco terrenales.
Los ciclos anuales se dividen según el grado de dureza del invierno, y es que los chukchis se denominan a sí mismos “gente de verdad”, conscientes de las dificultades a las que se enfrentan. Cuentan también con una rica tradición oral y numerosas historias.
La supervivencia de estas tribus es más que dudosa. En general, la población envejece y en la actualidad muchos prefieren llevar un modo de vida sedentario. Pero este tipo de poblaciones se enfrentan también a otros peligros. En la península de Yamal, también en Rusia, los pueblos indígenas se enfrentan a la llegada de los gasoductos y el progreso, algo que pone en riesgo su ancestral modo de vida; una existencia sujeta a los ciclos pero aparentemente ajena al tiempo.