Mecanismos como los ERTE o las ayudas al mantenimiento de la actividad marcaron la diferencia y evitaron el desastre total durante el peor año de la pandemia.
Se situó en los 24.248,78 euros y contratar un trabajador cuesta 32.906 euros, un 5,6% más que el año anterior, según la Encuesta Anual de Coste Laboral.
La medida se suma a la prohibición de prescindir de trabajadores por parte de aquellas firmas beneficiarias de un ERTE. Si lo hacen tendrán que devolver las ayudas públicas.
A pesar del choque por el acuerdo de las pensiones, las tres partes vuelven a las negociaciones con los nuevos modelos de ERTE en el centro del debate.