Creo que a veces exageramos todos como sociedad, que cuando nos da por hacer algo sano lo llevamos al extremo hasta convertirlo en insano, o al menos en preocupantemente obsesivo. Y somos capaces de empezar con un poco de ejercicio, para después descubrir el running y vestirnos de fosforito, y acabar corriendo 24 horas desde Madrid hasta Segovia cruzando toda la sierra de Guadarrama.
Hay que presumir y estar orgulloso de llevar una vida sana, tener hábitos saludables y defenderlo con contundencia. Parece que el que lo pasa bien es el que comete excesos, y que el que se cuida lleva una vida aburrida, según, naturalmente los que lo pasan bien. Nada más absurdo. Cuando actuamos contra nuestro cuerpo, firmamos un recibo contra nuestra salud que en algún momento la vida nos va a cobrar.
Relaciónate, lee, crea, sé curioso y relájate, cinco alimentos para el espíritu, la proteína del cerebro, el motor que alimenta el buen karma. Esta receta, además, nos ayudará en cuerpo y alma, convirtiéndose en una aliada leal e incondicional: Milhojas de calabacín y quinoa.
Nadie nos puede asegurar que si llevamos una vida sana, nos alimentamos de forma saludable, hacemos ejercicio de manera regular y no fumamos, nos vayamos a librar del cáncer. Sin embargo, lo que sí está claro es que tener hábitos saludables reducen la probabilidad de desarrollarlo.
Disfruta comiendo y suda la camiseta. Tras cientos de horas de estudio sobre nutrición y dietoterapia no puedo dar una dieta más potente. Si, están leyendo bien, consta de una única frase. No aporta complicadas tablas ni algoritmos, no obliga a descartar alimentos, ni a pesarlos.