La "incapacidad" de la economía para crear empleo "estable y suficiente", la "muy alta" concentración de las rentas de capital o la "limitada" capacidad redistributiva del sistema de impuestos y prestaciones, las claves.
"Nadie debería ser forzado a elegir entre ayudar a un enfermo y vivir por sus convicciones morales y religiosas", ha dicho un alto cargo de su administración.