Lo que de verdad está en juego en la moción de hoy

Lo que de verdad está en juego en la moción de hoy

Congreso.es

La moción de censura que se presenta hoy por parte del PSOE tiene lugar en un contexto político complejo, marcado en buena medida por la corrupción y por escándalos recientes, y que tiene el asunto de Cataluña como telón de fondo.

No quiero quitarle relevancia a todo lo anterior: son temas calientes que, en el caso de la corrupción endémica, ponen en cuestión la fortaleza e integridad de nuestras instituciones y de quienes están o han estado al frente de las mismas. Dicho esto, hay retos con mucho más calado e impacto en la vida de las personas, que deberían tener un espacio relevante en el debate y en el futuro, pase lo que pase hoy y en las próximas semanas.

Un debate sobre el futuro del Estado español debería tener como núcleo el desarrollo deun Plan Nacional de Reducción de la Desigualdad

Me centro en dos: las desigualdades, y la acción exterior. El primer reto, la desigualdad, nos afecta directamente a todas, aunque de forma especial a las personas más vulnerables del país. El segundo interesa aparentemente sólo a minorías, y sin embargo es esencial. No solo para asegurar una actuación responsable y solidaria de España en el exterior. También para enfrentar desafíos globales que nos afectan a todos como el cambio climático, las migraciones o la fiscalidad internacional, entre otros.

El hecho, reconocido esta semana por el Banco de España, es que la recuperación económica está siendo desigual: el 1% más rico capturó el 40% de toda la riqueza creada en España los últimos años. En 2016, España batió su record, con más de 10,2 millones de personas cuyas rentas se sitúa por debajo del umbral de pobreza.

Mientras los beneficios de las grandes empresas aumentan, los salarios están prácticamente congelados al tiempo que crece la precariedad laboral. Desde el primer trimestre de 2012, la productividad por hora trabajada ha crecido 10 veces más que el salario promedio por hora. Los salarios bajos son los que más han sufrido las consecuencias de la devaluación salarial. Han dejado a más del 13% de la población trabajadora en pobreza, y han afectado más a las mujeres y los jóvenes. Las brechas salariales de género permanecen, y se ahondan entre los sueldos máximos y mínimos dentro de la misma empresa.

Por otro lado, el sistema fiscal recauda poco y mal: es uno de los más regresivos de la Unión Europea. En España no tributa más quien más tiene. Se estima que las grandes fortunas españolas ocultan en paraísos fiscales una riqueza equivalente al 12% del PIB. La erosión del impuesto de sociedades, apenas parcheado en este tiempo, supone una merma de 20.000 millones de euros anuales que se suman a lo evadido por quienes pueden aplicar una ingeniería fiscal sofisticada. Los recortes en salud, educación o programas sociales los sufre el resto de la población, con un especial impacto en las mujeres, quienes asumen mayores responsabilidades de cuidados en un medio laboral hostil.

Un debate sobre el futuro del Estado español debería tener como núcleo el desarrollo de un Plan Nacional de Reducción de la Desigualdad, que aborde los temas planteados y que se convierta en uno de los principales mecanismos para luchar contra la exclusión social, la precariedad y la pobreza.

Una política exterior centrada en la lucha contra el terrorismo y el freno de la migración está contribuyendo a fragilizar los derechos humanos de las personas más vulnerables en vez de defenderlos

Poner a las personas en el centro, también en la moción de censura y el debate de hoy, nos obliga a mirar fuera de nuestras fronteras, a la humanidad que sufre los conflictos, la expulsión de sus tierras por el cambio climático y la desigualdad extrema. También son sujetos de derecho y responsabilidad de quien quiera gobernar.

Más de 128 millones de personas en todo el mundo dependen de la ayuda humanitaria. 65 millones son desplazadas forzosas dentro de sus países o están refugiadas en otros. Huyen de la violencia, de la persecución y las bombas. Sin embargo, una política exterior centrada en intereses propios de cortas miras- lucha contra el terrorismo y freno de la migración- está contribuyendo a fragilizar los derechos humanos de las personas más vulnerables en vez de defenderlos. Hay desafíos que afectan a nuestra vida cotidiana y que solo podremos enfrentar juntos, en el marco de una Unión Europea que recupere sus valores esenciales.

Para ello, no solo es necesario que la política exterior tenga más peso y se hable de ella. También es indispensable que se base en la solidaridad y el respeto a los derechos humanos. Una señal urgente de este cambio es la recuperación de la Cooperación al Desarrollo, la política que mejor puede combinar los intereses de la población más pobre del mundo, con la contribución a esos bienes públicos globales en los que nos jugamos nuestro futuro. El compromiso de todos los grupos políticos para alcanzar el 0.4% del PIB en ayuda al desarrollo debe confirmarse sea cual sea el resultado de la moción.

En cuanto al alimento de los conflictos, España debe cumplir la Ley sobre Comercio de Armas de 2007 que implica dejar de vender armas a países, como Arabia Saudita

Es imprescindible un giro en la posición española en relación con la política de externalización de fronteras tal y como está concebida en Europa, que debe desmantelarse, fomentando al tiempo vías legales y seguras para personas migrantes y refugiadas. En cuanto al alimento de los conflictos, España debe cumplir la Ley sobre Comercio de Armas de 2007 que implica dejar de vender armas a países, como Arabia Saudita, que pueden utilizarlas para vulnerar el derecho internacional humanitario o los derechos humanos.

Todas estas propuestas van en la línea para que España cumpla con el compromiso, adquirido en 2015, con la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles que tienen como objetivo la reducción de la pobreza y la desigualad en un mundo más sostenible tanto dentro como fuera de España.

Una "hoja de ruta" que habla de personas, sobre todo de las más vulnerables, quienes deberían ser las protagonistas del debate de hoy.

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