derecho a una muerte digna
El Congreso debatirá una ley sobre la muerte digna
La iniciativa de Ciudadanos ha recibido el apoyo del PP, el PSOE, Unidos Podemos, Compromís y UPN.
Lección de vida y muerte del profesor Aramayona
Desde hace más de dos años, cuando lo conocí sentado en su silla de ruedas en la calle Alfonso de Zaragoza al pie de su diaria reivindicación en pro de una escuela pública y laica, sabía que la determinación tomada el martes por el profesor Antonio Aramayona formaba parte de su tránsito vital y mortal. Me lo dijo mientras comíamos en un modesto restaurante, cerca de su casa, antes de despedirnos.
Hasta siempre, hermano
Antonio Aramayona gozó una buena vida y una vida buena. Alcanzó a ser libre hasta donde la libertad alcanza y me enseñó, como a tantos amigos y amigas, a comprender el sentido de esa libertad desde el afecto más que desde la razón. Vivió libre, tan libre como murió cuando consideró su vida cumplida.
Mi último artículo, para ti
He procurado a lo largo de mi vida que coincidieran lo que pienso, lo que quiero, lo que hago y lo que debo. Por eso he intentado también que mi vida haya sido digna, libre, valiosa y hermosa. Y así he querido también mi último hálito de vida: digno, libre, hermoso y valioso. Así he querido vivir y así he querido morir.
La eutanasia, en el banquillo de los acusados
El artículo 143 del Código Penal no sólo no es capaz de impedir que se produzca la ayuda solidaria a quien pide morir, sino que genera además otra desigualdad, contraria a cualquier moral cívica; porque sólo impide morir en condiciones dignas, seguras y pacíficas, a quienes no tienen los recursos económicos para buscar legalmente ayuda en otro país.
De cómo la aplicación de la ley puede resultar contraria a la causa de la justicia
Un forense debería saber que una enfermedad mental es, muy a menudo, causa de un sufrimiento superior al de la enfermedad física; de más difícil tratamiento, incluso sin el rechazo a la ayuda médica con el que se manifestaba la enfermedad en Isabel, la paciente que pidió ayuda a su hijo para morir.
Libre disponibilidad de la propia vida: un derecho que conseguir
En España sigue penalizado el suicidio asistido y la eutanasia. Es decir, no es posible aún que una persona de manera libre, consciente y reiterada solicite ayuda para morir en el marco de un proceso que hace que continuar viviendo le resulte insoportable y le comporte enorme sufrimiento.
20D: la eutanasia entra por fin en la agenda política
Cabe preguntarse si nuestros políticos habrán decidido terminar con el secuestro de nuestra voluntad desde una moral pública dictada por el poder religioso y gestionada desde un paternalismo trasnochado, impropio del siglo XXI. Si habrán empezado a comprender, por fin, el potencial liberador que tiene para las personas y las sociedades ser capaces de tomar las riendas de un proceso tan inevitable y personalísimo como el morir.
Andrea, una niña gallega condenada a seguir malviviendo
El colmo de los colmos es que se pida un informe al Comité de Ética Asistencial, y cuando el informe es contrario a la opinión de quienes lo solicitan, hacen caso omiso y se limitan a recordarnos, ellos y toda la cadena de mando, que los informes éticos no son vinculantes. Pues si sólo sirven cuando dan la razón al que pregunta nos podemos ahorrar los comités de ética.
Muerte digna: nuestras propuestas para municipales y autonómicas
Es necesario estimular los procesos de toma de control sobre la propia muerte. Muy especialmente en lo relativo a la expresión de Instrucciones Previas, más conocidas como Testamento Vital. El insignificante número de ellos registrado hasta la actualidad es el resultado de la falta de voluntad política; cuando no de un deliberado interés en su ocultación.
Con testamento vital se muere mejor y más barato
En nuestras sociedades, hablar de la muerte y de cómo desearíamos que se produjera es un tema tabú. Vivimos de espaldas a la muerte porque se nos ha enseñado a temerla. El resultado de ignorarla es una mala muerte entre tecnología en una habitación de hospital, a pesar de que la mayoría de la gente preferiría morir en casa.
No es lo mismo ser testigo de Jehová que duquesa
Sorprende e irrita constatar una vez más el diferente grado de comprensión y de respeto dispensado a ciertas decisiones en función del estrato social de quien decide. ¿Se imagina alguien a los médicos de la duquesa preguntando a sus familiares si es que tenían prisa por heredar por pedir que se interrumpieran los tratamientos?
El anuncio más largo del mundo: una iniciativa a favor de la eutanasia
Entérense, señores políticos, el debate sobre la eutanasia está terminado. Falta que actúen ustedes. Falta que en un nuevo escenario político que represente mejor a la sociedad española en su conjunto, se deje de temer a la minoría confesional que, alentada por obispos más propios del medievo, estará siempre dispuesta a dar misas en la plaza de Colón mientras insultan al Gobierno de turno por no ser suficientemente cavernícola.
¿Por qué los creyentes mueren peor que los no creyentes?
De cualquier modo y, dada la escasez actual de milagros, pediría a mis colegas no fundamentalistas que borren del vocabulario la palabra milagro. Expresiones como "haría falta un milagro" o "sería un milagro" no son infrecuentes en boca de un médico al dar malas noticias y tal vez despierten sin quererlo la esperanza infundada que lleve a los creyentes a prolongar su agonía. Evitémoslo.