deberes
Sólo una opinión: lo que pienso sobre los deberes
Los que han pasado por mis clases saben que no suelo poner deberes, que es algo esporádico, justificado por alguna causa inesperada. Y no por eso me he sentido poco respetada por mis alumnos, ni he pensado que estaba influyendo en su desorganización. Más importante que la obligación fuera de las aulas, me gustaría conseguir, como una quimera lejana, que les gustara leer
El verdadero debate no son los deberes
Los docentes somos los profesionales de la educación y, como tales, tenemos que ser considerados y valorados. Con medidas como esta huelga contra los deberes solo se consigue poner en entredicho la profesionalidad, autonomía y el saber hacer de unos profesionales que únicamente perseguimos el bien de nuestros alumnos y el progreso de la sociedad. Es complicado inculcar unos valores o intentar guiar a un chaval cuyos padres infravaloran tu labor y plantean dudas sobre tu capacidad y saber hacer como docente.
Los deberes a debate: calidad frente a cantidad
Es imprescindible, y por ello lo defendemos, encontrar un equilibrio entre el número de horas que dedican los estudiantes a los deberes en casa y el tiempo de juego, indispensable para el desarrollo de la creatividad en las edades tempranas.
Demasiados deberes
Poco les enseñamos a los niños del respeto que se merecen ellos, y en muchas ocasiones los adultos tratamos a los niños con un exceso de poder, desde arriba, y poco respeto, por su tiempo libre, por sus necesidades de juego y descanso. Para mí, los deberes se han convertido en una intromisión de la escuela en el hogar, a veces llegan a ser tan excesivos que resultan irrespetuosos.
Deberes vs. actividades extraescolares
Nuestros hijos están sobrecargados porque el sistema se ha empeñado en que cinco horas lectivas diarias no son suficientes y deben llegar a casa y hacer más de lo mismo durante dos, tres, cuatro o las horas extras que el sistema (a través de algunos docentes, que no todos) estime necesarias. Resulta absolutamente demencial.
Cómo conseguir que tus hijos hagan los deberes, sin dolores de cabeza
Mi hijo llegaba a casa al salir del cole, le daba una merienda nutritiva a él y a sus hermanos, y entonces llegaba la hora de los deberes. Entonces empezaban las pataletas, la rabia y los berrinches. Las quejas más comunes eran que yo era TAN mala e injusta, o que le "torturaba" para que hiciese sus deberes.