Razones para apoyar o rechazar la primera huelga de deberes en España
Los tres hijos de Arancha Ventura no harán los deberes ningún fin de semana de noviembre. Están en huelga. La familia secunda así la iniciativa que la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) ha convocado bajo el lema En la Escuela falta una asignatura: mi tiempo libre. Una medida que busca reducir la carga de tareas que soportan los niños para que pasen más tiempo con su familia y que ha generado una potente polémica en la comunidad educativa: la mayor parte de los profesores la consideran una “aberración” porque, dicen, dinamita la autoridad de los docentes. Y no todos los padres apoyan la iniciativa. Por ejemplo, la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) ha mostrado su absoluto rechazo. Además, el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, ha asegurado que le parece una "mala propuesta".
Arancha, en cambio, cree que la huelga es una medida imprescindible. Dice que sus hijos, que cursan cuarto y sexto de Primaria y tercero de la ESO, sufren estrés por culpa de la sobrecarga de deberes. Que muchas veces les tiene que decir que lo dejen porque son las nueve de la noche y no han terminado. Y que en muchas ocasiones necesitan ayuda con las tareas, lo que les genera frustración porque no las pueden hacer solos. “Y no vale decir que lo has intentando y lo llevas sin hacer. Eso supone quedarte sin recreo, un negativo o una nota de 'su hijo no ha hecho los deberes”, se queja.
Los hijos de Arancha Ventura, haciendo los deberes en la cocina. Los realizan allí para que su madre les pueda ayudar más fácilmente.
Subraya que “ningún adulto admitiría que todos los días su jefe le mandara cosas para hacer en casa” y que lo primero que tiene que preguntar a sus hijos cuando llegan no es qué tal les ha ido el día, sino si tienen muchos deberes porque eso es “lo que te va a marcar la tarde”. “Dicen que no respetamos a los docentes, pero los docentes deberían empezar a respetar a los niños”, reclama. Además, argumenta que quienes secundan la huelga no sobreprotegen a los más pequeños, sino que son padres “responsables con los derechos de la infancia que se están vulnerando”.
Una opinión que no coincide en absoluto con lo que piensa la mayoría de sindicatos de profesores, que alertan de que esta huelga atenta contra su libertad de cátedra. Arancha replica: “La autonomía del centro se queda en el centro. Si tú estás pasando el felpudo de mi casa, ya te estás entrometiendo en la familia”.
Nicolás Fernández, presidente del sindicato de profesores ANPE, rechaza el argumento y advierte de que la huelga “incita a la insumisión y al boicot” y pone en duda la autoridad del profesorado. Se muestra abierto a debatir sobre los deberes, pero califica de “circo” plantear ahora una campaña de este tipo porque es algo “desproporcionado, injustificado y que no tiene ningún sentido”.
Recuerda que los deberes han existido siempre, aunque matiza que se deben poner con criterio porque no se trata de tener ocupados a los niños tres horas al día. Por ejemplo, defiende que en Educación Infantil no se manden tareas y explica que en Primaria es razonable que estén ocupados media hora porque es una buena forma de educar al niño en su responsabilidad, en su autonomía y en la creación de hábitos de estudio.
“Claro que tres y cuatro horas haciendo deberes es disparatado. Pero es que eso no se da. Y, si se da, la familia tiene ahí su papel verdadero: hablar con el tutor, con el equipo directivo o con el consejo escolar. Hay mecanismos para solucionarlo en lugar de montar el circo”, explica.
Pero José Luis Pazos, presidente de Ceapa, niega la mayor. Asegura que cualquiera que tenga hijos sabe que se tiran “muchísimas horas delante de los deberes” y que muchas veces los propios padres les tienen que decir: ‘Déjalo ya, que tienes que irte a la cama’. “Plantear que lo normal es media hora es falso”, zanja. Un sondeo de Metroscopia publicado por El País el mes pasado va en esa línea: refleja que el 61% de los españoles cree que los niños tienen demasiados deberes. Además, el 76% de los lectores de El Huffington Post votaron en una encuesta que la carga de deberes que soportan los alumnos es “demasiado grande”.
Pazos acusa a “quienes dicen que la huelga supone un ataque” de querer que los niños no pasen los fines de semana con sus padres, sino encerrados. Y se queja de que las tareas “están pensadas para dejar a alumnos por el camino”. El presidente de Ceapa cita varias veces un informe publicado en 2012 por la OCDE. El documento refleja que los alumnos españoles hacen 6,5 horas de deberes semanales frente a las 4,9 de media del resto de países, aunque el 20,24% de los padres aseguran que sus hijos dedican más de dos horas diarias a los deberes, lo que supone más de 10 horas semanales. La OCDE refleja que Finlandia y Corea del Sur, que son países referencia en Educación, son los que menos deberes mandan para casa, con menos de tres horas por semana.
Mario Gutiérrez, presidente del sector de Educación de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), cree que el debate “carece de rigor y es demagógico” y lee esos datos de una manera muy distinta: “Si son 6,5 horas a la semana, ¿cómo van a estar hasta la hora de acostarse haciendo deberes? Es casi una hora al día. Además, haciendo la división, son unos 20 minutos más al día que esos países. La huelga se hace porque tenemos 20 minutos a la semana de deberes. Es una barbaridad”.
También rechaza otro dato que la OCDE plasma en el informe: los deberes aumentan las desigualdad. “Quieren decir que el padre que tiene dinero puede contratar a un profesor particular como ayuda para hacer los deberes. Pero la inteligencia y la capacidad individual no tiene que ver con la cuestión económica de los padres”, resalta.
Pedro José Caballero, presidente de la Concapa, la confederación de padres y madres que se opone a la huelga, cree que se está “pintando un escenario caótico con niños casi en una situación de explotación” pero que la situación no es esa, “ni mucho menos”. Critica, además, que la huelga es una forma de llamar casi a la insumisión y de “utilizar a los niños de forma partidista en determinados aspectos que no son nada educativos”.
Sí admite, pese a todo, que la cuestión de los deberes está “muy desproporcionada” porque “unos mandan muchos y otros pocos”. Por eso, reclama una “mesa de consenso” para llegar a “modelos homologados” y para toda España que se puedan poner en práctica y hagan posible conciliar la vida laboral y familiar.
Y SI NO SE HACEN LOS DEBERES, ¿QUÉ?
La huelga convocada por Ceapa es la primera de este tipo en España, pero tiene un precedente inmediato. La mayor asociación de padres de alumnos de Francia convocó en 2012 una protesta similar al considerar que no son útiles y que aumentan la desigualdad. Pero la situación allí era muy diferente. En Francia las tareas para casa están prohibidas desde 1956, pero la gran mayoría de los profesores siguen mandándolas. La huelga pretendía hacer que se cumpliera una ley que, en España, Mario Gutiérrez califica de “contranatura”.
La pregunta que ahora se hacen muchos es qué va a ocurrir con los niños que aparezcan el lunes por clase con los deberes sin hacer. La Ceapa ha distribuido varias cartas para que las familias las presenten en el colegio avisando de los motivos de la huelga y pidiendo a los profesores que no manden deberes los fines de semana. Si el docente insiste en hacerlo, la Ceapa recomienda a los padres que envíen esta carta al profesor justificando por qué el alumno no ha realizado la tarea.
La Ceapa asegura que la huelga no debería tener ninguna repercusión para los alumnos -“si un docente castiga a un alumno por decisiones que toman sus padres… no merece ser docente”-, pero los profesores advierten de que no hacer los deberes puede tener sus consecuencias y que cada docente es libre de tomar sus propias decisiones.
"NO TE PUEDES PLEGAR A UN DISPARATE"
“Si yo pongo un examen el martes o el lunes y me dicen: ‘No, es que no ha estudiado porque tal y porque cual’. Pues si suspende el examen… será responsabilidad de la propia familia, pero los profesores deben hacer su trabajo sin tener en cuenta interferencias, como si esto no existiera. No te puedes plegar a una cuestión que es un absoluto disparate”, advierte Nicolás Fernández, del sindicato de profesores Anpe.
En la misma línea, Mario Gutiérrez recuerda que los deberes forman parte de la evaluación continua, que no hacerlos supone una evaluación negativa y que, para él, no es justificación que un padre diga que no se han hecho las tareas. “Es como si dices que quieres ir a la universidad sin pasar la selectividad porque tienes el permiso de tu padre para no hacerla. Es absurdo, ¿verdad?”, se pregunta.
La guerra de los deberes ha comenzado. Las tareas todavía están por hacer.