Queremos debates, no tomaduras de pelo
No sólo deberíamos dar por descontado que los debates electorales se van a celebrar, sino que como ciudadanos descreídos y exigentes tenemos que reclamar formatos sin corsés. No se trata de escuchar monólogos de tres minutos tasadísimos, sino intercambio de ideas, proyectos y promesas. Lo que inevitablemente implica que los candidatos se repliquen e incluso --sí, incluso-- se interrumpan. Entre el debate entre Rajoy y Rubalcaba de hace cuatro años y un debate en La Sexta Noche existe un amplísimo término medio.