Mi pequeño país camina hacia las urnas
En campaña estamos actuando como un país pequeño. Me refiero a esa pequeñez que acompaña a los países que, cualquiera que sea su tamaño, tienen poca vocación de influir más allá de sus fronteras, e incluso olvidan que la mejor defensa de sus intereses nacionales pasa por una buena estrategia en el exterior. La política española, en estos momentos electorales, adolece de un acentuado ombliguismo. ¿Pasa la nueva política por terminar siendo aldeana?