El negacionismo pierde fuerza. Y además, el cambio climático no es algo sólo del futuro. Ya han aparecido fenómenos naturales devastadores causados por el cambio climático, lo que ha transformado hipotéticos problemas futuros en realidades tangibles de hoy, fomentando así la concienciación.
Hasta que no dejemos de entender el crecimiento económico como nuestro único indicador de prosperidad, el mundo no tendrá un plan específico para reducir las emisiones. Crear un indicador diferente que no dependa de un uso oportunista del carbono es ahora el reto más importante. La respuesta no está tanto en las promesas como en el apoyo financiero de los países ricos.
Mi único consejo a los gobiernos es: invertid en innovación, apoyad a todos aquellos que apuesten por la innovación, ya sean ciudadanos, startups o grandes empresas privadas. Si invertimos en innovación, es posible pronosticar un mundo sin emisiones de carbono para 2050, pero no si continuamos apoyándonos en la compensación de las emisiones.
Polución y corrupción son los dos problemas que generan mayor preocupación en la sociedad china. Pero la primera es harto visible, y el discurso de la protección ambiental exige resultados nada fáciles de acreditar a corto plazo. El peso de la industria del carbón en la economía china y la influencia política de los lobbies asociados es evidente.
La desobediencia no nos insensibiliza ni nos convierte en hooligans. Es nuestro deber para con aquellos que ahora sufren y que tienen mucho que perder si perdemos esta carrera contrarreloj por la justicia climática. Además de unirnos para rechazar las peligrosas ofertas de futuro que nos hacen los gobiernos y las empresas que los financian, tenemos que dar un paso y decir "no".
El futuro de todos está en sus manos pero parece que los dirigentes mundiales siguen optando por favorecer los intereses de unos pocos; por ejemplo, de las grandes empresas que se encargan de explotar las energías fósiles.
Cuando un líder mundial considera que la lucha contra el cambio climático es una prioridad, debe ser valiente, consecuente y coherente con las decisiones que toma. Si Obama quiere ser recordado por un legado positivo, ha de poner fin a proyectos como las prospecciones petrolíferas de Shell en el Ártico o dejar de promocionar el fracking y cualquier tipo de minería de combustibles fósiles.