Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático: los motivos de su éxito

Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático: los motivos de su éxito

El negacionismo pierde fuerza. Y además, el cambio climático no es algo sólo del futuro. Ya han aparecido fenómenos naturales devastadores causados por el cambio climático, lo que ha transformado hipotéticos problemas futuros en realidades tangibles de hoy, fomentando así la concienciación.

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Foto: REUTERS

¿Por qué el Acuerdo de París alcanzado en la COP21 ha sido catalogado mayoritariamente como un éxito de la gobernanza mundial? A diferencia de en anteriores cumbres, existían elementos que facilitaron, y mucho, este acuerdo histórico:

  • El negacionismo pierde fuerza. Cada vez hay más argumentos para quienes defienden que existen causas antropogénicas en el cambio climático. En ese sentido, los expertos del IPCC y organizaciones como la Agencia Internacional de la Energía han profundizado cada vez más en sus análisis prospectivos sobre escenarios de emisiones, evolución de la temperatura, efectos físicos e impactos económicos sobre la humanidad.
  • El cambio climático no es algo sólo del futuro. Ya han aparecido fenómenos naturales devastadores causados por el cambio climático, lo que ha transformado hipotéticos problemas futuros en realidades tangibles de hoy, fomentando así la concienciación.
  • Tecnología disponible. La mejora de la competitividad en las tecnologías de generación eficientes -esencialmente a través de los menores costes de la solar y eólica- y el desarrollo de redes eléctricas cada vez más "expertas", permiten plantear modelos de descarbonización del sector eléctrico mediante una alta penetración de renovables que, hasta hace poco, no eran viables. A esto se une un mayor desarrollo en elementos cada vez más competitivos (vehículos y trenes eléctricos; bombas de calor, etc.) que permiten sustituir -de manera aún incipiente - el uso de combustibles fósiles en los sectores de transporte y edificación, facilitando la electrificación de la economía.

Lo anterior ha reforzado las posiciones de quienes han ido liderando la lucha contra el cambio climático, permitiendo el desarrollo de otros elementos que, a su vez, también potenciaban un clima de apoyo a un acuerdo ambicioso:

  • Concreción de actuaciones de los Estados previas a la cumbre. Los países que adoptaban medidas internas contra el cambio climático - como Reino Unido fijando un suelo al CO2 o Indonesia y Arabia Saudí disminuyendo subsidios a combustibles fósiles- o firmaban acuerdos como el de China y Estados Unidos, trasladaron al resto de países una ambición mayor que en anteriores cumbres. Esto alimentaba los procesos de elaboración de los compromisos (INDC, en sus siglas en inglés) que cada país debía llevar a París. El papel de Europa, anticipando compromisos ambiciosos, ha sido primordial.
  • Un problema de todos hay que solucionarlo entre todos. Otro de los factores de éxito es que todos los países, y no solo los desarrollados, se han corresponsabilizado, en la medida de sus posibilidades, de solucionar un problema global.
  • Participación de nuevos agentes. Ha sido clave la entrada de ciudades, sociedad civil y sector empresarial en la aportación de soluciones.
  • Los mercados de capitales internalizan el problema de cambio climático. Tras la Cumbre se han producido numerosos posicionamientos de entidades financieras relevantes (BlackRock, JP Morgan, informe para Draghi del European Systemic Risk Board...) que denotan que el Acuerdo se ve como algo efectivo. Antes de la Cumbre hubo actuaciones (como el discurso del gobernador del Banco de Inglaterra, las decisiones de desinversión del Fondo de Inversiones Noruego o la adaptación de los modelos de riesgos de las agencias de rating) que ayudaron a generar mayor ambición, ya que anunciaban que aquellas empresas/países que no incluyesen en sus estrategias actuaciones de adaptación/mitigación contra el cambio climático, serían castigadas por los mercados, valorándose positivamente a los que optasen por políticas de descarbonización.
  • Los líderes mediáticos y religiosos movilizan a sus seguidores. La concienciación ciudadana sobre el cambio climático ha aumentado y ha ejercido una importante presión sobre políticos y negociadores. A ello ha ayudado el que figuras públicas hayan sido capaces de movilizar a millones de personas a las que no llegaban los argumentos muy "tecnificados". Ver a Terminator (Arnold Schwarzenegger), Pretty Woman (Julia Roberts), Indiana Jones (Harrison Ford), al recientemente oscarizado Leonardo DiCaprio, o a los componentes de la selección española de fútbol defendiendo la importancia de luchar contra el cambio climático, ha movilizado a mucha gente.

¿Y qué decir de la apelación a las conciencias de millones de personas que han hecho las grandes religiones a través de distintos posicionamientos: la encíclica Laudatio Si del papa Francisco; la declaración budista; la del Sínodo de la Iglesia de Inglaterra; o la declaración del mundo islámico?

Todos estos elementos y una diplomacia francesa brillante posibilitaron el éxito del Acuerdo de París.

Dicho lo cual, queda mucho por hacer para conseguir limitar la temperatura del planeta a lo establecido en el Acuerdo. Y esto sólo se alcanzará si gobiernos, instituciones, ciudades, sociedad civil y empresas trabajan conjuntamente en el proceso de negociaciones internacionales de cambio climático, en las futuras cumbres y en la trasposición de los compromisos nacionales a leyes nacionales.

Cada parte debe aportar su experiencia y sus compromisos para que una implementación eficiente, participativa e inclusiva, permita concretar un modelo económico respetuoso con el medioambiente que genere valor y prosperidad para la sociedad.