En 2014, fui a ver Ruz-Bárcenas al Teatro del Barrio. Aluciné. Jordi Casanovas había usado la transcripción literal de la declaración de Bárcenas ante Ruz como texto teatral. Y Alberto San Juan había conseguido el milagro de que aquello fuera un éxito y despertara interés y emoción. Así que allí fui yo, novato, a decirles que podíamos llevarlo al cine.